viernes, 19 de junio de 2009

UN CUENTO PARA MARCELINA





- Hola Merche ¿como te encuentras?
- Pues solamente regular Marcelina, la mano me sigue molestando a pesar de habérmela
infiltrado,hoy particularmente me molesta más pues la tengo dormida.
- Si,la verdad es que estás hecha una verdadera penita Merche, será que estas mayorrr
- Seguramente que sea eso, pero no se yo quien de las dos será más mayor...
- Ya,pero a mi no me duele nada de nada. Bueno de que vamos a hablar hoy querida.
- Pues mira como hoy me duele un poco más la mano de lo habitual y como has sido muy
buena cuidándome, he decidido contarte un cuento, a ti y a todos los que nos visiten.
- Vale, ya sabes que a mi me encantan los cuentos dime ¿que cuento? el de la caperucita
otra vez no¡ por fa!
- No, esta vez te voy a contar un cuento que he escrito yo. Se lo he regalado a Belén y
también le he leído en un taller literario de enfermos de VIH.
- y ¿como se llama? venga cuenta,cuenta.
- Vamos a ello.

EL MURO EL MURO EL MURO EL MURO EL MURO


Una vez soñé que caminaba por un camino de arena, a los lados había hierbas resecas por el calor.

El olor era a paja quemada, lo recuerdo perfectamente, era un olor dulce y amarillo como las espigas que se balanceaban al contacto con una suave brisa que descargaba sobre ellas una gran cantidad de calor.

El sol abría sus brazos de par en par y me dejaba ver su majestuosidad a través de sus rayos. Poco a poco fui oyendo mi respiración entrecortada y me pare, me puse la mano sobre la frente a modo de visera para mirar al astro Rey y su poderío me dejo claro que allí quien mandaba era Él, que no iba a permitir que nadie lo mirara. Baje la cabeza y ahora puse mis manos sobre las rodillas y la agache como rindiéndome ante tal poder; no había ninguna sombra y las lagartijas en su roce con las hierbas hacían el único ruido que había además de mi respiración.

Cuando logre recuperar un poco el aliento, metí mis manos en el bolsillo del pantalón y saque de él un bolígrafo, un cuaderno de notas, unas llaves, una tortuga de trapo muy pequeñita (mi Marcelina) y por fin una botella de agua. Bebí, y cuando de nuevo tape la botella advertí que allí a lo lejos parecía que se podía distinguir un algo, era como..Como un… muro si, si eso era un MURO y reanudé el camino.

Por momentos parecía que el muro se acercaba como podía parecer que el muro se alejaba, pensé en sentarme un poco pero hacia mucho calor y el sol no daba tregua, así que pensé: “si no me paro llegaré antes” y así lo hice no me pare y seguí mi camino.

Pero de repente apareció a la izquierda otro camino de tierra, por un momento pare y visualice el nuevo camino, pero no se veía nada a lo lejos y por el que había estado caminando se veía un muro, seguramente que tras el muro habrá algo, me dije.


Y seguí camino hacia el muro, fue en esa parte del camino cuando comencé a preguntarme que habría tras el muro, seguramente que habrá un pueblo y el muro sea para protegerse, o quizás haya una huerta y el muro sea para que nadie pase y robe sus frutos.

Pero cada vez el camino se hacia más difícil y el muro cada vez era más inalcanzable, me escurrí y me quedé durante un rato sentada en el suelo, la cara y la cabeza me ardían de calor, y me costaba respirar, de nuevo abrí la botella del agua, quedaba poca así que solo me moje los labios para aliviar la sed. Debí de desmayarme durante unos minutos porque luego me desperté y seguí mi camino, esta vez parecía que el muro estaba realmente cerca ¡Si casi estoy ya!

¡Por fin había llegado! Pero….cuando llegue, el entorno se trasformó y justo a mi lado apareció como por arte de magia un enorme árbol verde que olía a recién regado, y por mis pies corría un arroyo de agua. ¡Dios que felicidad! Después de gozar de la sombra y del agua remojándome y poniendo al descanso a mis pobres y maltratados pies me senté y eché un vistazo alrededor.

Era como ver el camino por donde había llegado pero como a través de una ventana y luego a mi alrededor todo aquel paraíso. Fue entonces cuando me pregunté ¿Qué hago aquí? ¿Por qué quiero venir hasta el muro? ¿Qué espero encontrar?

A la derecha del muro había algo escrito, me acerque y pude leer “Este es el muro de los sentimientos”.Realmente no sabia que quería decir- pasare el muro- me dije a mi misma, estaba alto pero con la ayuda del árbol pude trepar por el y así pasar al otro lado.

Cuando tenía medio cuerpo ya en el otro lado sentí unas manos que me sujetaban por la cintura para ayudarme a bajar. Era un hombre de unos 50 años más o menos con aspecto cuidado y gesto afable, vestido con pantalones y camisa blanca de lino me dijo:

- Bienvenida ¿Te encuentras bien?

- Si, Gracias, yo soy Merche ¿Tu….

- ¿Qué más da? Las personas que aquí vivimos no tenemos nombres, pero tú puedes conservar el tuyo y te llamaremos por él si tú quieres.

- ¿Dónde estoy?

- Estas detrás del muro

- Pero ¿Por qué? No entiendo que hago aquí..

- Tu lo has elegido, has deseado con tanta fuerza y tantas veces el estar aquí que hemos decidido traerte

- Pero ¿Cómo me habéis traído?

- Con lo único que entendemos y con lo único que reconocemos como supremacía del ser humano CON LA MENTE Y EL SENTIMIENTO

- Perdóname pero cada vez creo que estoy más confusa...

- Te has pasado más de media vida pidiendo que no hubiese racismo, discriminaciones, desigualdades, el hambre, la guerra y que la igualdad entre todas las naciones del mundo se hiciese realidad, que no hubiese ni primer mundo ni segundo ni tercero sino que todos fuéramos del mundo nada más, pobres, ni ricos, violencia y malos tratos a mujeres, niños y ancianos y también a los hombres ¿Por qué no?,que la gente expresara lo que siente sin ningún tipo de vergüenza, que llore y que ría con la misma fuerza que digan te quiero, te amo, y que con una mirada a los ojos del otro fueses capaz de trasmitir todo tu amor por el o ella, que la gente se pueda querer libremente, que quieran a quien quieran da lo mismo que sean del mismo sexo o no y que dejen de existir los inquisidores y absorbe mentes como los religiosos, que la única religión sea la TOLERANCIA. Pues aquí está todo eso que durante tantos años has deseado tener.

- Pero… ¿Por qué yo?

- Porque has luchado por ello siempre y porque será la única forma de que lo veas y disfrutes de ello EN SUEÑOS

Por un mundo al otro lado del muro.


Merche